jueves, agosto 02, 2007

Cazadores de barbos





Este año la pesca del barbo ha estado complicada, los ríos altos, la abundancia de alimento y las temperaturas fresquitas han hecho difícil la pesca de este pez, ya de por sí complicado, al menos en los ríos en los que me muevo. Como se trata de una pesca a pez visto y los peces no necesitaban orillarse para encontrar comida las posibilidades estaban contadas…. Aún así por allá andaban los cazadores de barbos.

Ya estamos de vuelta, cortas pero intensas vacaciones, eso de poder pescar dos semanas seguidas sin prisas, llamadas de teléfono, y a las horas que quieres, para luego tomarte un vermut con la familia y amigos no tiene precio. A ver cuando nos toca una primitiva de esas leñes.

Los que ahora cojan vacaciones que disfruten. Buena pesca.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Seguro que hace años hubierais firmado pescar los "pocos" que habeis cogido esta vez.....El que no se consuela es porque no quiere. Bonitas fotos.
Saludos!

felixtruchas dijo...

Ciertamente el mundo de la pesca es dinámico, tus objetivos cambian con el tiempo, estos barbos me parecían inalcanzables cuando era un crío. Los que se enganchaban lo hacían de casualidad pescando a ahogada el sereno, y pescando a cebo los grandes eran muy difíciles.
Cuando empezamos con la mosca las cosas cambiaron algo, hasta que te vas dando cuenta de cosas y los resultados mejoraron. Pero este año me he dado cuenta que un río de este tipo (dios que pocos quedan y éste se lo van a cargar) sin regular es muy variable. Las lluvias hacen que muchas zonas donde había vegetación este año sean impescables, juncos, chopos y zarzas te impiden el lance, tanta agua hace que los peces pasen de ciertas orillas que en otro tiempo fueron productivas, etc…
Entonces te das cuenta que no se pueden coger tantos peces como otras veces, pero eso tienes que saber aceptarlo y rendirte ante el río y sus moradores…y lo más difícil…disfrutar. Sabes que sólo tendrás un par de oportunidades al día, pero tienes que seguir estando en la orilla. Sabes que tendrás que bajar el hilo, lo que implica que te van a partir y tendrás que comerte con dignidad esas roturas, en fin tienes que ponerte en tu lugar, pero ante todo te rindes al río y pones los “pies en el agua”, el río manda y luego reflexionas….. y es cuando te pones a pensar en lo que comentas anónimo, que tiene chicha. ¿tengo derecho a quejarme si hace años cuando era un niño un solo pez de esos me hubiera hecho al crío más feliz en la ribera Arlanza? Por supuesto que NO y la siguientes preguntas ¿entonces por qué me quejo? Porque cojo pocos barbos!!!!?????? …y te preguntas ¿puede parecer que ya no disfruto como antes?¿por qué apuro tanto ese pez, tengo miedo a que se suelte y no poder contarlo como captura?¿estoy perdiendo el norte?...

Pero sigues allí escondido por si uno se equivoca y pasa delante de ti, y lo hace y le tiras la mosca y la ve, y se la pasa por el forro de las aletas, y se la vuelves a tirar y se la vuelve a pasar y a la siguiente se asusta y se pira, y tu allí, con el olor a trigo recién cosechado de la era cercana, esperando desde las 7,15 de la mañana, a las 7,40 pasa otro le tiras y este sí te toma la mosca a la primera, sale como un torpedo y el problema de usar un 17 se nota cuando a pesar de no oponer ningún tipo de resistencia a la arrancada oyes zasss y se destensa la línea. Y como no puedes quejarte porque en el fondo estás haciendo lo que quieres respiras hondo y en vez de jurar te ríes, sabiendo que hay que cambiar de zonas, que ese ha espantado el percal en un buen rato. Y entonces comienzas a andar buscando otro lugar conocido desde niño, donde a veces, sólo a veces, es el pez el que se rinde ante ti, pero ante todo con el permiso del Arlanza. Por eso estimado anónimo ciertamente te agradezco que me recuerdes que no tengo derecho a quejarme….ni aunque se me hayan acabado las vacaciones.

Lo que daría por levantarme mañana e ir a una pequeña playita a esperar a uno de esos barbos aunque no se acerque ni por casualidad a mi mosca.

Como os he dado una chapa infernal al menos os pondré algunas fotos de ellos, otros no los he fotografiado, el instante a quedado entre el río y yo.

Anónimo dijo...

chapa infernal??? pues a ver si se dan más amenudo este tipo de chapas....jejeje. Gracias, la reflexión me ha hecho pensar y recordar buenos momentos, así como darme cuenta (una vez más) de por qué sigue teniendo sentido para mí hacerme un montón de km, llegar a la ribera de un río y pasarme horas y horas a su vera con una vara en la mano para que a veces, los peces no se acerquen a mis moscas ni para reirse de mí.....eso debe ser la pesca, supongo. Y me alegro.

Pepe

P.D.: preciosos animales hay en el Arlanza....

felixtruchas dijo...

Por supuesto que eso es pesca Pepe, en el fondo es la esencia de la pesca.

Lo demás es todo accesorio.

Anónimo dijo...

El tan temido "bolo", ése es uno de los responsables de que vuelva una y otra vez al río a intentarlo de nuevo. Si cada vez que tuviera una jornada de pesca los resultados fueran inmejorables, estoy convencido que colgaría las botas.

Felix, No creo que sea la esencia de la pesca, más bien es la esencia de una vida.

Una vida en la que apenas nos importan los resultados sino el camino para llegar a ellos, una vida en la que no tenemos que dar explicaciones de la cantidad de peces que sacamos al año ni porqué los devolvemos a su medio, una vida en la que nos empeñamos en capturar a esa trucha casi imposible sabiendo que una vez más regresaremos "bolo".

En la vida cotidiana sólo importan los resultados y ésto es lo que estamos extrapolando al mundo de la pesca. Por qué atajar en el camino para llegar a la meta cuando lo verdaderamente interesante está en el trayecto?.

Anónimo dijo...

el barbo crea adicción, una vez sacas el primero se convierte en una enfermedad...que carreras. Si alguien quiere verselas con peces de 3y 4 kilos, la subida del barbo en mayo en el Guadiela en ela cola de Buendía es para agarrarse los machos.
En el 2006 estaba tan enganchado que fui un sábado de octubre desde Guadalajara al Esla en Zamora (Fontanillas) a pescar barbos al amanecer y luego a eso de las 11:00 a León porque pescaba el Coto de Quintana de Rueda.
Lo dicho, una enfermedad.
Un saludo
Daniel (la rubia)